MEIRION BOWEN - Gerhard

Concertino para Cuerda (1927-28)

PRÓLOGO EDITORIAL

El Concertino para cuerda de Gerhard fue interpretado por primera vez por una orquesta de cuerda dirigida por el compositor, en un concierto de su música, ofrecido en Barcelona el 22 de diciembre de 1929, en el Palau de la Música Catalana. El concierto marcó el retorno de Gerhard a Barcelona después de un período de estudios de cinco años en Viena y Berlín con Arnold Schoenberg, y equivalió a un tipo de retrospectiva de sus composiciones recientes. Como tal, los intérpretes y el público lo encontraron muy difícil por no estar acostumbrados a las últimas innovaciones en técnica musical. Las críticas del concierto en la prensa fueron, como mucho, ambivalentes, y mostraron una hostilidad especial por el quinteto de viento de Gerhard. Francesc Trabal (en el Diari de Sabadell) creyó acertado que se abandonase un plan de ofrecer el concierto en Sabadell, puesto que allí iba a dejar al público totalmente perplejo. En cuanto al Concertino, los sentimientos encontrados que expresó el corresponsal de La nau eran típicos:

"El Concertino está mejor construido y tiene más personalidad, pero aún le falta algo del espíritu anímico que hace que las obras sean agradables y perdurables".

Quizá compartiendo esta opinión, Gerhard decidió no publicar la obra y más adelante se perdió la partitura. Ahora el Concertino ha sido reconstruido a partir de las partes de cuerda originales (almacenadas en los archivos de Gerhard en el Institut d'estudis vallencs en Valls) y se publica por primera vez con el permiso de la sucesión Gerhard.

Esta edición va más allá de lo que se interpretó originalmente por varias razones. En primer lugar, parece obvio que Gerhard no había decidido si estaba componiendo un cuarteto para cuerda o una pieza para orquesta de cuerda (Algunas partes están marcadas "Cuarteto de cuerda 3", pero si es que este era el tercer intento que realizó en este medio el compositor en su juventud, sus predecesores no parecen haber sobrevivido). Muchos de los pasajes de la obra son más adecuados para solos de cuerdas; además, está claro que la parte original del contrabajo fue una añadidura y que no formaba parte de una línea cuidadosamente creada e integrada. Las marcas dinámicas originales son generalmente insuficientes, a menudo incorrectas o engañosas. A veces son extremas al estilo de Mahler (dirigidas a intérpretes aletargados que después de todo tienden a ignorarlas). Otras veces existen para corregir desequilibrios en un conjunto en el que algunos intérpretes son más débiles que los otros (¡violas, especialmente!).

Esta edición del Concertino no cambia ninguna de las notas. Su intención es más bien la de hacer la pieza lo más eficaz posible para el medio de orquesta de cuerda, asegurando así que reciba un amplio público. También tiene en cuenta que las orquestas de cámara modernas tienden a estar más familiarizadas con las técnicas de principios del siglo XX - las de la música de Schoenberg, Bartok y Stravinsky, por ejemplo - que sus homólogos en la Barcelona de 1929. En la creación de esta edición quisiera dar reconocimiento a los consejos recibidos del violinista Peter Sheppard.

Los cambios con respecto al original:

1) Varios pasajes fueron creados para que los interpretaran solistas únicamente, y estos están identificados en la partitura.

2) Se han añadido nuevas marcas dinámicas en toda la obra y se han ajustado las originales en consecuencia.

3) Se ha ampliado la parte del contrabajo, doblando el violoncelo al mismo tono o bajándolo una octava mucho más a menudo que en el original. En el primer movimiento, la parte del violoncelo ha sido transportada una octava hacia arriba de las barras 124 a la primera semicorchea de la barra 129; de la misma manera, de la barra 131 a la primera semicorchea de la barra 134. Cuando ha sido apropiado, también se han cambiado algunas marcas de pizzicato a arco.

4) En general, el estilo de la obra es bastante bartokiano. Es muy probable que Gerhard ya hubiera oído los cuartetos de cuerda 3 y 4 de Bartok durante esta época (ver sus artículos en Mirador, nos 105 /106, febrero 1931). Teniendo eso en cuenta, en el tercer movimiento he añadido glissandi al motivo de salto introducido por los violines en la barra 52 y adoptado por el resto del conjunto hasta la barra 78. Ello realza el carácter bartokiano del episodio. La mayor parte de los saltos se interpretan en una sola cuerda, y era característico del estilo de interpretación de la época que se usara portamenti en su ejecución.

Además, los episodios entre las barras 100 y 123 de este movimiento han sido modificados para hacer un mayor uso de sul ponticello - una característica colorista que es consistente con el énfasis bartokiano de la música.

5) Se han eliminado las digitaciones de cuerda de las partes originales, que se limitan a traicionar la falta de familiaridad de los intérpretes con la música que no sea de estilo clásico o romántico y que, en efecto son un obstáculo a la ejecución precisa. Sin embargo, se han incluido varias sugerencias sobre qué cuerdas deberían utilizarse.

6) El mínimo de intérpretes recomendado es: 5 violines I, 5 violines II, 4 violas, 3 violoncelos, 1ó 2 contrabajos


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©Meirion Bowen (1997)
Translation © Francesc-Xavier Canals (1998)

 

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